La batalla contra el cambio climático exige sincronizar conocimiento, financiación y los comportamientos

Agamed desarrolló el pasado martes en Torrevieja un interesante coloquio con expertos en sostenibilidad urbana: la guerra contra calentamiento global se puede y se debe ganar.

El parque natural de las Salinas de Torrevieja fue el escenario elegido por Aguas del Arco Mediterráneo (Agamed), empresa pública perteneciente al Ayuntamiento y a Hidraqua, para desarrollar un nuevo encuentro de la campaña de conciencias Climas para el Cambio, de la empresa hídrica. Esta vez, centrada en el entorno urbano.

Todos los expertos coincidieron en mandar un mensaje optimista: es una batalla que se puede y que tenemos la obligación de ganar, porque las funestas alternativas a esa victoria ya las conocemos a través de la literatura distópica y la ciencia ficción.

El director-gerente de Agamed, Jorge Ballesta; la vicealcaldesa y concejal de Turismo, Rosario Martínez; la directora general del clúster de tecnologías limpias de la Comunidad Valenciana (Avasen), Bianca Dragomir; y la redactora jefe de Enclave ODS de El Español, Raquel Nogueira presentaron un estado de la cuestión preocupante, pero al tiempo, los retos que día a día se van consiguiendo en ciudades como la capital salinera.

Revolución climática

En este sentido, Dragomir habló de la «revolución» que ya se está produciendo en la sociedad, una «revolución de comportamientos» que debe ir «sincronizada» con una revolución energética, económica y de conocimiento». «Necesitamos acompasar» todo ello, lo que se está haciendo en todos esos campos para acelerar los cambios y frenar la crisis medioambiental cuyas consecuencias ya estamos padeciendo.

Y prueba de que se puede conseguir, señaló la directora de AVAESEN, es que en los últimos seis meses se ha duplicado el autoconsumo de energía eléctrica en la Comunidad Valenciana y que Europa camina hacia la descarbonización total en 2050.

En eso coincidió Nogueira al explicar que «todo lo que estamos viviendo es el preludio de lo que va a pasar en el futuro», concretamente la ola de calor de esta semana, la más importante sufrida por Europa desde que existen registros. «Tenemos que adaptarnos porque tenemos la tecnología, el conocimiento y las soluciones. Si no reducimos ahora el ritmo de crecimiento del cambio climático lo que vendrá luego será peor y más caro de solucionar».

En concreto, Nogueira alabó la actitud de las nuevas generaciones (la Generación Z) a la hora de enfrentarse a esta lucha o adaptación, e instó tanto a empresas como a las administraciones a trabajar más en la concienciación de otras franjas de edad para que incorporen el valor de la sostenibilidad al día a día de su vida.

Por su parte, Martínez quiso poner el contrapunto más optimista alabando la capacidad de la sociedad para acelerar la «revolución digital» cuando lo ha necesitado durante los peores momentos de la pandemia. Especialmente Torrevieja, que ha conseguido implementar todo tipo de procesos que parecían imposibles antes de la crisis sanitaria. E insistió en que «ahora es el momento» de la revolución climática desde todos los ámbitos.

Para ello, la ciudad ha introducido la sostenibilidad como uno de los ejes de su Consejo Social Municipal, por iniciativa del profesor Fernando Vera, así como la accesibilidad y la reflexión pública sobre el turismo residencial.

Torrevieja como ejemplo

Jorge Ballesta fue el encargado de poner cifras a todos esos retos que ya se están consiguiendo en una ciudad «casi isla» -está circundada por el mar y dos grandes parques naturales de las salinas- a través de la gestión de Agamed.

El principal, la eficiencia hídrica. Como ya explicó a este diario, Torrevieja consume 8,4 hectómetros cúbicos de agua al año con 126.000 clientes o abonados. La misma cantidad de agua que hace 22 años pero con 48.000 familias abonadas más. Lo que supone una eficiencia del 90%, mientras que la media española apenas llega al 77%. El objetivo ahora es reducir un 20% el consumo y día por cada abonado.

Al tiempo, explicó los cuatro ejes en los que se trabaja desde la empresa mixta para mitigar los efectos del cambio climático. En materia de energía y movilidad, la empresa consume 8,7 GW/año de la cual toda procede de energías renovables, con los que se estaría evitando mandar a la atmósfera un equivalente de más de 2.000 toneladas de CO2. Además, de los equipos de autoconsumo de hasta 405KW en parte de sus instalaciones y la renovación de los vehículos eco e híbridos de su flota.

La labor de Agamed también se ha centrado en modelos de economía circular. El 100% de su agua se reutiliza mediante procesos de depuración y de estos, el 98% tiene un nuevo uso agrícola. Torrevieja produce 9.000 toneladas al año de fangos que una vez deshidratados se utilizan como abono o se valorizan en la cementera de Alicante.

Además, desde la empresa se trabaja diariamente en eliminar cualquier impacto de sus instalaciones, algo que ya se ha conseguido en el 100% con los pesticidas y fitosanitarios y que ahora se ha extendido a la eliminación de especies invasoras. Además, se están desarrollando programas de nidificación de murciélagos, hoteles de insectos y específicos para otras aves.

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